El 4 de enero de 1997, Carlos A., de 36 años, operario de una guillotina en una fábrica de cartón de Rosario, sufre un accidente de trabajo que le provoca la amputación total del brazo izquierdo, a nivel de su raíz.
Carlos A. es atendido en el Sanatorio Laprida, donde los médicos se topan con una dificultad relacionada con el tipo de sangre del paciente, por lo que es transladado al Sanatorio de la Mujer, donde se procede, ese mismo día, a efectuar el reimplante del miembro en una exitosísima operación. El postoperatorio es excelente y durante veinte días continúa internado, mientras se le practican cirugías complementarias.
Posteriormente, Carlos A. inicia un plan de rehabilitación intensiva, que aún hoy cumple, mientras su brazo recupera su movilidad -incluso la de sus dedos- y su sensibilidad progresa día a día.